Pensar: no hay faena más difícil y evasiva. Todo conspira para que no la llevemos a cabo. Nos da miedo enfrentarnos con la realidad pura y dura. Y mucho más si hemos de hacerlo por nuestra cuenta y riesgo. Sin embargo, la realidad es que siempre se piensa con otros. Hemos de contar con los libros, los amigos, los colegas, los consejeros e, incluso, los críticos y los contrincantes. Pero, seamos muchos o pocos uno solo, incluso nuestro único interlocutor es la verdad.