Cassidy, primer ministro de Australia, multibillonario, nombra como albacea testamentario a su yerno, ejemplar y honesto abogado Martin Gregor que vive en Londres.
Cassidy fué un hombre que amasó una enorme fortuna en Austrália, Japon, Bankok, Hong-Kong, todas ellas relacionadas con múltiples empresas en Europa y América.
Su imperio fué conseguido sin escrúpulos, con extorsión, sobornos y asesinatos en los peores mundos del tráfico de droga y armas, todo ello encubierto por un sinnúmero de negocios honrados y donaciones caritativas.