Después del Etimologicón, Javier del Hoyo vuelve a descubrirnos nuevas curiosidades sobre el origen de las palabras con nombre y apellido. Comerse un sándwich, hacer pilates, comprarse unos manolos? El procedimiento de adoptar un nombre propio para un objeto o situación ha existido siempre, y no parece que vaya a agotarse. Así, cada día usamos palabras que desconocemos que proceden de un apellido, de un nombre de persona o de una ciudad.