El anciano señor F.G.H. observa los campos desde la ventana de su casa. Hace tiempo que nunca sale al exterior. La sorprendente aparición de una abeja le permite contarle la historia de su vida.
Al mismo tiempo, sin que él le preste atención, Anabell —la nieta de su mejor amigo, ya fallecido— acude cada pocos días a cuidar el jardín, a llevarle la compra y a dejarle una nota al otro lado de la puerta. ¡Es una niña apasionada de las abejas! El insecto será el testigo del encuentro entre los dos protagonistas.