En 2015 se cumplían cincuenta años de la declaración conciliar Nostra aetate, acerca de las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas y, en particular, con el judaísmo. Con este motivo, la Conferencia de Rabinos de Europa, bajo la dirección del rabino jefe de Viena, Arie Folger, publicó un comentario a la misma bajo el título de Entre Jerusalén y Roma. La Comisión vaticana para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo hizo otro tanto, y su presidente, el cardenal Koch, solicitó del papa emérito una colaboración sobre la materia.