Un paisaje casi lunar, aparentemente atemporal. El blanco se extiende hasta el infinito. Es el extremo y bellísimo Gran Norte. Hace frío, mucho frío. Y viento. Nieva. Todo aquí es frágil. Incluida la vida de sus habitantes. Sobre todo la vida de sus habitantes. Una noche, el suelo helado se quiebra de manera inesperada. Eso no debería haber ocurrido, no en esta luna, no en este tiempo.