Martín vive con su familia en un piso de protección oficial y su ilusión es poder tener un perro. Un sueño que se cumplirá tan pronto se muden al dúplex que han comprado sus padres.
Pero a veces la vida se pone cuesta arriba y requiere que nos adaptemos a los cambios. Y esto es lo que le pasa a Martín tras sufrir su padre una embolia pulmonar que le obliga a dejar su trabajo de camionero. Además, su abuela, que tiene alzhéimer y está en un centro, tendrá que irse a vivir con ellos, pues ya no pueden pagar la residencia. Tal vez el perro tendrá que esperar...