Como todos los años, pasado lo peor del invierno, las cigüeñas que habían migrado volvían de África. En lo alto de una loma, varios amigos las esperaban. Tenían los cuellos estirados hacia el sur. Eran el corzo, el ganso, el tejón, el armadillo y el topo. Compartían una misma ilusión. Estaban muy impacientes. Una primavera más, Ciconia y el resto de las cigüeñas, regresan de su migración por tierras africanas. Sus amigos: el tejón, el topo, el armadillo, el ganso y el corzo, esperan impacientes su llegada para que les cuente historias.