Con la metáfora de las cuatro estaciones, el autor indaga sobre el paso del tiempo y el sentido de la vida.
Cuatro estaciones es libro religioso y esperanzador, en donde el mundo propio del autor logra su punto de madurez más intenso y universal. Está dividido en diferentes secciones: un poema introductorio, que refiere el comienzo del mundo, y cuatro apartados, referidos a cada estación del año: la primavera (la infancia), el otoño (los muertos), el verano (el comienzo del ser humano en la creación) y el invierno (su decadencia y desaparición).