Treinta años después de la aparición de su primer libro, aquel Maneras de estar solo que le valió el Premio Adonais, Eloy Sánchez Rosillo publica Oír la luz, uno de los libros capitales de su autor. Se trata, desde luego, del más amplio y variado, y acaso del más sereno, a la vez que intenso y hondo, de los escritos por Sánchez Rosillo hasta la fecha. En sus páginas encontramos la transparencia, la precisión antirretórica y otros elementos singulares e inconfundibles de la obra del poeta bajo una luz distinta. Algo de ello apuntaba ya con fuerza en La certeza, su libro anterior, pero en Oír la luz alcanza desarrollo completo y espléndida realización. El lamento elegíaco que impregnaba a menudo los poemas de etapas anteriores de Sánchez Rosillo desemboca ahora en una sabia y esperanzada reconciliación con el tiempo, en la que es posible percibir atisbos de trascendencia. No nos vemos ya en el desasosiego o en la angustia del devenir (antes, ahora, después), sino en la rendida aceptación del don de la vida como tiempo unitario e indivisible, del que es necesario dar testimonio con gratitud.
Comentarios
El último libro que he leído en 2008 ha merecido la pena. Un excelente poemario de uno de los mejores poetas actuales, en mi opinión. Al tono elegíaco de toda la obra de Eloy Sánchez Rosillo, se añade en este libro una presencia constante de la luz, que es un canto a la vida, a la belleza, al misterio, al amor, a lo que no sucumbe del todo al paso del tiempo. Un lenguaje y un ritmo muy cuidados, bellas imágenes. Poesía auténtica.