Extenso, pero de argumento escueto, Silvio en El Rosedal relata
el retiro andino que durante una década vive Silvio Lombardi,
cuyo padre, inmigrante italiano devenido dueño de ferretería limeña,
muere atragantado por una pepa de durazno a poco de adquirir
la finca serrana El Rosedal; Silvio, a los cuarenta años de
edad, hereda la propiedad. Raras veces durante los diez años que
lo acompañamos sale del claustro en el cual se encierra –ni de la
hacienda ni de la sierra misma– para bajar a la costa. En cambio,