Si hasta ahora habíamos pensado que el Romano Pontífice, el papa Francisco, estaba preocupado principalmente por la reforma de la Iglesia y la situación de la Humanidad, en la encíclica Dilexit nos abre su intimidad para mostrar dónde ha obtenido la fuerza todos estos años: del amor de Cristo puesto de relieve en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Dilexit nos -Nos amó- tiene un no se qué de confidencia, quizás de despedida después de un pontificado difícil: "Vuelvo la mirada al Corazón de Cristo e invito a renovar su devoción" (nº87, pág.67).