Se desarrolla en la época de Felipe IV y su valido el Conde-Duque de Olivares.
Don Martín de Rojo tiene tres hijas y espera otra, que tambien resulta ser hija.
Entre el médico y la Priora de San Benito, hermana de don Martín cambian la niña nacida (que tiene una singular señal en el pecho) por un recien nacido de una acogida al convento teniendo así don Martín un sucesor.
La niña crece en el convento desarrollando un caracter vivo y revoltoso, lo contrario que "el hijo" de don Martín.
Este, de joven es mandado a Salamanca para , luego, ir a la Corte.