En un innominado país de África Ecuatorial, tal vez el Congo, un adolescente relata a grandes rasgos la historia del país y la evolución de su comunidad. Su padre, maestro del pueblo, su oportunista tío y los numerosos personajes que les rodean conforman un cuadro vivaz y lúcido de las vicisitudes sufridas en muchos países africanos. La obra es una defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión, envuelta en un tratamiento crítico muy irónico, pero también humorístico y esperanzado.