Desde un tren africano

El libro es una novela de viajes basada en el diario que el autor, muy joven aún, escribió durante una estancia en Kenia que influyó de manera decisiva en su vida. Cada una de las páginas transpira la autenticidad y los anhelos de la adolescencia, así como emociones tan intensas como las que provocan la vida y la muerte, la entrega a los más pobres de la tierra y la belleza sin parangón de los paisajes de África.

Publicada cuando el autor tenía dieciocho años, causó tan fuerte impresión entre los lectores que hoy, después de tanto tiempo, se publica de nuevo, esta vez revisada por el novelista. Kenia se convierte en un exótico destino de verano para un adolescente que aún no se ha enfrentado a los grandes interrogantes de la vida. Strathmore College no solo se convertirá en su residencia en Nairobi, sino que cobrará un protagonismo esencial gracias a la labor desempeñada por jóvenes como father Manuel o Santiago Eguidazu, que lo dejaron todo por llevar el mensaje cristiano al Este de África.

Los safaris en la sabana y el desierto, el impacto de la pobreza en las barriadas miserables de la ciudad, la amistad con muchachos de una cultura tan diferente y, sobre todo, una última y decisiva aventura en el mar de Mombasa, cincelarán con golpes de belleza y dolor el corazón de un incipiente escritor, que experimentó un sin fin de interrogantes y motivos de esperanza que ahora ofrece en bandeja al lector.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2005 Palabra
192
84-8239-945-4
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.25
Average: 3.3 (4 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

4 valoraciones

Género: 

Comentarios

Imagen de enc

A los que conocimos a Santi Eguidazu nos impresionó su fallecimiento en África: Santi murió ahogado al rescatar del mar a un joven africano. Sin embargo no me extrañó. Santi era (es) de Bilbao y en el País Vasco hay un fondo recio de virtudes humanas que no ha desaparecido, aunque hoy permanezca oculto por la neblina política.

‘Desde un tren africano’ es un relato autobiográfico de su autor, el joven Miguel Aranguren, que pasó unas semanas en Strathmore College, obra docente del Opus Dei en Nairobi (Kenia). Allí conoció a Santiago. Los protagonistas del relato son Strathmore College, Santiago Eguidazu y el paisaje africano. Paisajes naturales sí, pero también el paisaje humano de pobreza y enfermedad de aquellos que carecen de todo y sin embargo lo esperan todo. El autor cuenta cómo es fácil amar África; nos transmite el impulso generoso que siente, sumergido en ese ambiente, de dedicar su vida a ayudar a los demás. También advierte que no sabe rezar. Cuando pasa la noche en un vagón de tren entre Mombasa y Nairobi, acompañando el féretro de Santiago, se da cuenta de que ha estado todo el tiempo haciendo oración. De ahí el título ‘Desde un tren africano’.

Tres cosas se desprenden de la lectura de este libro: Que es Dios el que elige, el que construye. Dios aceptó el sacrificio de Santi, un hombre corriente, un economista de Bilbao, porque estaba maduro para el Cielo. Igual que los pájaros con pequeñas ramitas y trozos de barro construyen los nidos para sus crías, Dios, con medios desproporcionadamente pequeños: un economista de Bilbao, un sacerdote de Sevilla, construye obras de las que se benefician muchos niños y jóvenes. Por último, Dios no hace acepción de personas y quiere que todos, no sólo los católicos, se beneficien de sus obras de amor; lo vemos en Strathmore, pero también en la Residencia de las hermanas Misioneras de la Caridad, en un barrio miserable de Nairobi.

 

Imagen de wonderland

El autor ha escrito una novela llena de interés, de belleza y de idealismo, partiendo de la realidad concreta que ha vivido en África. La novela impacta por la cantidad de episodios que narra, por su verosimilitud y por la valentía a la hora de exponer anécdotas que a los europeos nos cuesta entender. Con estilo sencillo, cargado de emociones y vivencias personales que muchas veces transmiten poesía, Miguel Aranguren acierta a reflejar el ambiente africano, las costumbres y la mentalidad de sus habitantes, a los que comprende y, en ocasiones, admira. La novela consigue transmitir los sentimientos del autor con espontaneidad y frescura. El final es una delicia.