La teología moral católica está en crisis tanto por tensiones internas de las resistencias a los cambios que el papa Francisco está pidiendo, como por la complejidad de estos tiempos líquidos y sus distorsiones en el sujeto humano. Ya no se limita solo a la moral sexual y la bioética, sino que enfrenta nuevos problemas surgidos en el contexto de la posmodernidad tecnológica, donde la ética suele quedar en segundo plano.