Uno de los más lúcidos trabajos sobre la unidad de Europa. Su autor, fallecido en 1970, ha sido uno de los grandes europeístas de nuestro tiempo. Expone aquí una esperanzadora concepción del hombre moderno basada en el cristianismo como forma de vida, y en la cultura europea como elemento de unidad. Para conservar esa vital unidad, es fundamental que Europa recuerde sus orígenes y su herencia.