Meg apenas recuerda su infancia. Ha vivido con su madre, que ha rodeado su vida en un mundo en el que la comida y la fantasía han sido las protagonistas de todos sus explicaciones o argumentos: dice, por ejemplo, su madre que la dejó reposar en la despensa, porque era un bebé muy menudo y tenía que crecer: y utilizaba sus dientes de leche como abrelatas, de lo afilados que eran. Y cosas por el estilo. Esto es hasta que Meg cumplió los cinco años y sus compañeros del colegio empezaron a burlarse de ella por todas las "mentiras" que su madre le contaba y que ella se creía… Ahora, con veintitantos, Meg es una científica que le ha dado la espalda a la ficción y a la fantasía y que deja que la lógica pura dirija su vida, sin concesiones.
Sin embargo, cuando la madre de Meg enferma, ella se va a cuidarla, e intenta aplicar su forma de hacer las cosas, pero la madre sigue con sus cuentos, su obsesión por la cocina y rechazando luchar contra su enfermedad.
Poco a poco Meg consigue ir descubriendo la realidad sobre sus primeros años, sus orígenes, su infancia y se tiene que enfrentar a una decisión: o bien asumir la dura realidad o rodearse de un mundo de fantasía.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2013 | rocaeditorial |
287 |
978-84-9918-585-9 |
Traducción de Mª del Puerto Barruetabeña Díez Título original: Nutmeg |
Comentarios
El libro está narrado en primera persona. Lo que al principio sorprende, y hasta puede llegar a cansar un poco, –el tipo de explicaciones, fantasiosas, que da de todo-, relacionado con el mundo de la comida, se descubre al final que tiene un porqué.-
Hay un dato interesante, en la p. 15, cuando dice "Como no teníamos ni televisión ni radio, la banda sonora de mi infancia está compuesta por el estrépito de las tapas de las cacerolas…". La ausencia de ruidos externos, da posibilidad de enriquecer la comunicación creativa, y los silencios.-
Al leer este libro, por una parte, se descubre el poder del diálogo entre madre e hija. A pesar del escaso entendimiento de la hija hacia la madre. Pero es que la maternidad impulsa al instinto de protección de modo radical. La madre ¿miente? En este caso, yo creo que no. Simplemente la cocina ha sido para la madre su medio de salir adelante dignamente, e incluso más que dignamente, ejemplarmente, en una vida que empezó torcida, y que se fue liando más y más, hasta el límite. Y se refugia en ella y en su entorno para dar razón de su conducta.-
El personaje de Meg, la hija, es coherente: al principio quiere apartarse de ese mundo fantástico, por el cual se rieron de ella cuando era pequeña, y quiere buscar lo racional y lógico. Quiere saber de sus orígenes de verdad. Y todo ello con la ayuda de Mark, su novio, también hombre de ciencias, pragmático, duro e interesado, que al no saber nada de la madre de Meg, la tacha injustamente de mentirosa compulsiva. Meg encuentra en él el apoyo y la firmeza, la racionalidad que nunca tuvo en su hogar. Pero por otra parte, le deja perpleja esa radicalidad interesada por parte de él.- El contraste con Mark es Ewan, un curioso jardinero, al que su madre contrató estando ya ella enferma. Al principio le cae fatal. Y sin embargo Ewan sabrá comprenderla y quererla de verdad. Es detalloso. Sabe guardar silencio, y sabe hablar cuando es necesario…
Sorprende el mucho conocimiento que Ewan tiene de la mitología clásica con la cual trata de explicar muchas cosas de las que ocurren cada día. Contrasta esto con la casi ausencia en la narración de trascendencia en sus vidas.-
Por otra parte, al descubrir Meg la grandeza de corazón y la generosidad de su madre, se centra, y se siente de repente, madura, se da cuenta de que uno es lo que de niño ha sido más lo que de adulto uno es: "Estoy hecha de todas mis cosas buenas y de todas las malas. Soy valiente, pero tengo miedo; estoy curada pero todavía me quedan heridas. Soy fuerte, pero me siento indefensa…" (p. 283-284).-
Creo que es una novela que vale la pena conocer y leer. Tiene muchos valores muy interesantes y positivos. Valores que se descubren cuanto más avanzas en su lectura.