El principal libro religioso de Edith Stein es La Ciencia de la Cruz (Monte Carmelo). Un comentario sobre la obra de San Juan de la Cruz, especialmente sobre lo que el santo carmelita habla de la purificación del alma, en la Noche Oscura, con las dificultades y contradicciones de la vida.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2000 | Monte Carmelo |
380 |
84-8353-021-4 |
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2006 | Monte Carmelo |
384 |
978-84-8353-021 |
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Santa Edith Stein es un gran testimonio del siglo XX. Nació, como ella misma cuenta en su biografía, en el seno de una familia judía (Estrellas amarillas, Editorial de Espiritualidad). Eran muchos hermanos y su madre viuda los sacaba adelante, dirigiendo el negocio familiar, una serrería. Edith pudo estudiar y entró en la Universidad de Breslau en 1911 para seguir cursos de psicología y cultura alemana. Luego en Gottinga estudió filosofía con un gran maestro, Husserl, fundador de la fenomenología. Allí conoció a otros filósofos, como Max Scheler. Escribió su tesis, sobre El problema de la empatía. Y se carteó con un compañero polaco, Roman Ingarden. Están publicadas sus Cartas a Roman Ingarden (Editorial de espiritualidad) y otras más: Autorretrato epistolar (Editorial de espiritualidad). En aquel grupo de amigos había muchos deseos de saber y también inquietudes religiosas. Algunos se convirtieron o volvieron a la práctica cristiana. Edith admiraba esa fe. Y, en particular, le llamó la atención la reacción cristiana de la mujer de Adolf von Reinach, que era el ayudante preferido de Husserl, cuando éste murió en la Primer Guerra Mundial. En su biografía, recuerda que esto le supuso el primer encuentro con la cruz de Cristo. Unos años más tarde, en el verano de 1921, estando en casa de unos amigos, tomó casualmente de la biblioteca, la vida de Santa Teresa de Jesús. La leyó de un tirón, durante la noche, y al día siguiente, se sentía cristiana. Compró un Misal y un Catecismo y se preparó para el bautismo. Decidió hacerse carmelita pero dejó pasar unos años por su madre. Dio clases en varios colegios religiosos e impartió conferencias sobre temas feministas, recogidos en La mujer (Palabra, también en Monte Carmelo). Consiguió una cátedra en la Universidad de Münster, en el Instituto de Pedagogía, donde sólo pudo dar un curso sobre La estructura de la persona humana (BAC). Los tiempos eran muy duros para los judíos. La echaron de la Universidad y entonces entró en el Carmelo de Colonia (1933). Allí escribió su mayor obra filosófica, Ser finito y Ser eterno (Fondo de Cultura Económica) y otros Escritos espirituales (BAC). Pero tampoco allí estaba segura. El último día del año 1938 tuvo que huir con una de sus hermanas al Carmelo de Echt (Holanda). Y allí empezó su trabajo sobre San Juan de la Cruz. Al abrir el libro, se ve que tiene una introducción (El mensaje de la Cruz) y un primer capítulo (La doctrina de la Cruz). El segundo capítulo se llama El seguimiento de la Cruz, pero sólo contiene un fragmento. El resto de ese capítulo, del seguimiento de la cruz, no lo escribió nunca en papel. Lo escribió con su vida, porque la Gestapo la sacó del Carmelo con su hermana y la llevó al triste campo de concentración de Auschwitz, donde murió probablemente a los dos días, el 9.VIII.1942. Una breve y buena biografía es la W. Harbstrith, El verdadero rostro de Edith Stein (Encuentro). Y un estupendo retrato intelectual el de Michel Esparza, El pensamiento de Edith Stein (Eunsa) (www.arvo.net)