Ana Catalina Emmerich, religiosa agustina, enferma y estigmatizada, permaneció inmóvil en su casa desde 1813 hasta su muerte, en 1824. Sus visiones fueron recogidas por el poeta alemán Clemente Brentano, que permaneció, día a día, al pie de su cama para transcribir sus meditaciones. La amarga pasión de Cristo, una obra clásica para los cristianos desde su primera publicación en 1833, describe con todo detalle los últimos días de la vida terrenal de Jesús.