El soldado me cargó sobre el hombro como si fuera un cordero recién nacido. Yo gritaba "¡ No soy israelita!". Le golpeaba la espalda hiriéndome las manos "¡Déjame ir!".
Adara siempre había ansiado hacer las cosas que se suponían inadecuadas para una niña bien educada de su tiempo. Deseaba aprender a leer y a escribir... como los hombres. Y deseaba ser libre para viajar...como los hombres, fuera de los limites de su ambiente protegido.
Un día la despertó un estruendo de trompetas: israelitas y arameos combatían fuera de las murallas seguras de su ciudad. Llena de curiosidad, Adara se escabulló sigilosamente para contemplar la batalla. No se imaginaba que iba a ser su último día de libertad durante mucho tiempo.
La aventura de Adara es el viaje hacia el descubrimiento de sí misma.
Comentarios
Da una idea de la época histórica en que se desarrolla, y puede servir para introducirse en lo que en mi infancia se llamaba historia sagrada, de forma amena.