Corazón de perro

En esta breve novela de Bulgákov, prohibida en la Unión Soviética, concurren dos grandes asuntos: por un lado, la crítica a la utopía de los bolcheviques y a su visión sobre el hombre y la sociedad; y, por otro, y se trata de un tema bien actual, la cuestión de los límites de los experimentos científicos, a través de los intentos de un médico ilustre de mejorar la raza humana implantando, en el cerebro de un perro callejero, una glándula de un fallecido, que resultará que era un alcohólico crónico... En los inicios del siglo pasado, hubo cierto auge de este tipo de literatura (Wells, Capek...), pero ya antes lo había tratado, con notable éxito, Mary Shelley con Frankenstein o el moderno prometeo. La sátira es uno de los modos tradicionales de criticar, por reducción al ridículo o al absurdo, y Bulgákov lo hace de un modo inteligente, con una prosa clara, a través de situaciones disparatadas y con abundantes diálogos que mueven a la risa, pero también a la reflexión sobre los límites éticos. Una novela clásica del género, menos conocida que otras obras del autor.