Historia y análisis del desplome bursátil de octubre de 1929 en los Estados Unidos; la intervención de los actores económicos y políticos y su relación con la Gran Depresión, que se alargó durante diez años con sus consecuencias de paro y pobreza.
Este libro fue publicado inicialmente en 1955. Galbraith comenta en la Introducción que las crisis periódicas que se han producido desde entonces han dado lugar a sucesivas y numerosas ediciones. El autor aborda dos cuestiones interesantes, aplicables a la situación de España en 2008. La primera es la de porqué se produjo el "crac" (en castellano siempre se ha utilizado este término con preferencia a "crash" que usa el autor) de la Bolsa en los Estados Unidos. La segunda cuestión es la relación que tuvo éste con la depresión económica subsiguiente. El "crac" bursátil tuvo su origen en la especulación basada en el deseo de enriquecimiento rápido, las prácticas tramposas de las sociedades anónimas que pusieron en el mercado títulos no respaldados por el valor de las empresas y la práctica de los bancos de conceder créditos para adquirir acciones con la garantía de las mismas acciones y contando con su inmediata revalorización. Si las acciones se deprecian el crédito resulta fallido, se arruinan el Banco y el prestatario por igual; detrás van los depositantes bancarios y los adquirentes de las acciones en el mercado de valores; por último la empresa, con sus trabajadores, que había servido de respaldo a las sociedad emisora de los títulos. Al final el ahorro y el crédito que debían haberse destinado a la economía productiva y a mejorar el nivel de vida de los ciudadanos se habían ido por el desagüe de la economía especulativa. Sin crédito no hay actividad económica y recuperar el nivel de ahorro y la confianza de la población en una situación de paro y depresión es una tarea de años. Es imposible dejar de apreciar similitudes con la situación de España ochenta años después: A) En España la especulación se ha producido no tanto en la Bolsa como en los mercados inmobiliario y societario: créditos para la adquisición de empresas por otras empresas. B) Un mercado especulativo es el más apropiado para la actuación de los que el autor califica de "promotores arribistas, sinvergüenzas e impostores". El Presidente de la Bolsa de Nueva York y los de los dos principales Bancos de la ciudad especulaban a crédito al margen y en ocasiones contra los intereses de las sociedades que dirigían. C) Los organismos de control no funcionaron y abundaban las voces que propugnaban que éstos resultaban innecesarios. D) En la última década la economía real en los Estados Unidos había sido próspera con altos índices de producción industrial y empleo, si bien el consumo se había ido orientando progresivamente a los bienes suntuarios, fuera del alcance de la gran mayoría del país. E) Un año antes del derrumbe de la Bolsa el Presidente Coolidge había declarado que nunca antes las perspectivas económicas habían sido tan favorables. F) Producido el "crac" bursátil, el Presidente y su Secretario del Tesoro declararon que "en la fundamental la economía estaba sana". Galbraith niega esta última afirmación y subraya que la Bolsa es un espejo de la economía real. G) Los mismos actores defendieron que como se trataba de una cuestión de confianza del mercado lo mejor era no hacer nada, aunque el Presidente Hoover intentó una tímida bajada de impuestos que no alcanzó a las clases populares. Galbraith niega que las depresiones económicas sean una necesidad cíclica del sistema, pero advierte que se seguirán produciendo porque "la capacidad financiera y la perspicacia política están en relación inversa" y siempre habrá hombres conscientes de que las cosas van "cabalmente mal" dispuestos a decir que van "fundamentalmente bien".
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Este libro fue publicado inicialmente en 1955. Galbraith comenta en la Introducción que las crisis periódicas que se han producido desde entonces han dado lugar a sucesivas y numerosas ediciones. El autor aborda dos cuestiones interesantes, aplicables a la situación de España en 2008. La primera es la de porqué se produjo el "crac" (en castellano siempre se ha utilizado este término con preferencia a "crash" que usa el autor) de la Bolsa en los Estados Unidos. La segunda cuestión es la relación que tuvo éste con la depresión económica subsiguiente. El "crac" bursátil tuvo su origen en la especulación basada en el deseo de enriquecimiento rápido, las prácticas tramposas de las sociedades anónimas que pusieron en el mercado títulos no respaldados por el valor de las empresas y la práctica de los bancos de conceder créditos para adquirir acciones con la garantía de las mismas acciones y contando con su inmediata revalorización. Si las acciones se deprecian el crédito resulta fallido, se arruinan el Banco y el prestatario por igual; detrás van los depositantes bancarios y los adquirentes de las acciones en el mercado de valores; por último la empresa, con sus trabajadores, que había servido de respaldo a las sociedad emisora de los títulos. Al final el ahorro y el crédito que debían haberse destinado a la economía productiva y a mejorar el nivel de vida de los ciudadanos se habían ido por el desagüe de la economía especulativa. Sin crédito no hay actividad económica y recuperar el nivel de ahorro y la confianza de la población en una situación de paro y depresión es una tarea de años. Es imposible dejar de apreciar similitudes con la situación de España ochenta años después: A) En España la especulación se ha producido no tanto en la Bolsa como en los mercados inmobiliario y societario: créditos para la adquisición de empresas por otras empresas. B) Un mercado especulativo es el más apropiado para la actuación de los que el autor califica de "promotores arribistas, sinvergüenzas e impostores". El Presidente de la Bolsa de Nueva York y los de los dos principales Bancos de la ciudad especulaban a crédito al margen y en ocasiones contra los intereses de las sociedades que dirigían. C) Los organismos de control no funcionaron y abundaban las voces que propugnaban que éstos resultaban innecesarios. D) En la última década la economía real en los Estados Unidos había sido próspera con altos índices de producción industrial y empleo, si bien el consumo se había ido orientando progresivamente a los bienes suntuarios, fuera del alcance de la gran mayoría del país. E) Un año antes del derrumbe de la Bolsa el Presidente Coolidge había declarado que nunca antes las perspectivas económicas habían sido tan favorables. F) Producido el "crac" bursátil, el Presidente y su Secretario del Tesoro declararon que "en la fundamental la economía estaba sana". Galbraith niega esta última afirmación y subraya que la Bolsa es un espejo de la economía real. G) Los mismos actores defendieron que como se trataba de una cuestión de confianza del mercado lo mejor era no hacer nada, aunque el Presidente Hoover intentó una tímida bajada de impuestos que no alcanzó a las clases populares. Galbraith niega que las depresiones económicas sean una necesidad cíclica del sistema, pero advierte que se seguirán produciendo porque "la capacidad financiera y la perspicacia política están en relación inversa" y siempre habrá hombres conscientes de que las cosas van "cabalmente mal" dispuestos a decir que van "fundamentalmente bien".