Una filosofía de la esperanza: Josef Pieper

Al comienzo de un nuevo milenio es normal que el hombre se cuestione en qué cifra su esperanza humana (individual y colectiva). Y la pregunta es especialmente pertinente en este tiempo nuestro, marcado por Hiroshima y Auschwitz, Yugoslavia y Ruanda. Ante estos acontecimientos, ¿tiene razón de ser la esperanza humana? ¿En qué podemos basarla, después de tales atrocidades?

Tomando como hilo conductor la filosofía de la esperanza elaborada por el filósofo alemán Josef Pieper (1904-1997), esta obra establece un diálogo entre las posiciones de los distintos filósofos contemporáneos que han hablado de esperanza (como Ernst Bloch, Gabriel Marcel, Josef Godfrey, etc.), representantes a su vez de las diferentes corrientes en la filosofía de nuestro tiempo.

Ediciones

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2005 Eunsa
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Josef Pieper es uno de los grandes autores de la antropología cristiana del siglo XX. Su pensamiento ha tenido un alcance muy amplio, no reducido a los círculos académicos.
La esperanza, aunque late en el pensamiento de Pieper de modo muy vivo, no es uno de los argumentos que él más tratara de modo expreso. Analizar los textos donde sí lo hace, completar los aspectos no tratados y ponerlo en relación con las diversas corrientes contemporáneas, es el trabajo de Schumacher. En el siglo XX, tras la gran tragedia de la II Guerra Mundial, se vuelve acuciante la cuestión de si aún es posible esperar en algo, y proliferan los tratamientos filosóficos de la esperanza desde múltiples puntos de vista. Pieper elaboró sus textos dedicados expresamente a la esperanza relacionándolos con los más fundamentales de Bloch y Marcel. Schumacher opone dos posibilidades de la libertad humana: una libertad que en su inicio es absolutamente indeterminada (Sartre), y una libertad que es lanzada por su naturaleza hacia su plena realización (Pieper). Luego, a partir de algunos casos límite –el enfermo incurable, el suicida, el mártir y el condenado a muerte–, Pieper ilustra la diferencia entre el objeto de la esperanza, que cambia según las situaciones, y la esperanza fundamental, que es definida como "la actualización y el apaciguamiento plenos de la persona". Frente a ello, la desesperación, que es la extinción del porvenir, tiene su raíz en el aburrimiento y en la acedia, tratados respectivamente por Heidegger y por los clásicos, y que se manifiestan en actitudes como la charlatanería y la curiosidad, también estudiadas por esos autores. Finalmente, la muerte es como la aporía absoluta de la esperanza o, al contrario, el horizonte que la hace posible, pues la esperanza sólo tiene sentido para un ser histórico. Los trabajos de Pieper se centran sobre todo en la diferencia entre esperanza y espera, en la esperanza como virtud teologal y en su fundamentación antropológica y ontológica. Schumacher completa el planteamiento añadiendo un análisis de las características de la esperanza y defendiendo que es también una virtud natural. www.aceprensa.com