El viejo León

Publicado con motivo del centenario de su muerte, El viejo León no es otro que León Tolstoi (1828-1910), el autor de Guerra y Paz y de Ana Karenina. No se trata de una biografía, sino de un comentario de Wiesenthal a las ideas del autor ruso en los distintos periodos de su vida.

Wiesenthal pone el acento en el rechazo que siente Tolstoi hacia la vida materialista y hedonista, sin valores ni ideales, que viven sus contemporáneos, algo que se puede igualmente aplicar a nosotros más de un siglo después. Por el contrario, el escritor se siente unido a los campesinos que trabajan sus tierras, a los cuales trata de favorecer.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Edhasa
256
978-84-350-1880-7

Subtítulo: Tolstoi, un retrato literario.

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No había oído hablar de Mauricio Wiesenthal hasta leer este libro, sin embargo el autor no sólo ha nacido en España (Barcelona,1943), sino que ha publicado un buen número de títulos en lengua española.

Siguiendo a Tolstoi, el autor pone de relieve la necesidad que tienen nuestros días de escritores que cuenten con una auténtica autoridad moral; para Wiesenthal el escritor debe ser un maestro y un educador: "Ahí estamos los escritores, orgullosos de nuestros premios y nuestras cifras de ventas. ¿Qué ideas aportamos? ¿Qué significamos para la Fe de los hombres? ¿Qué valores proponemos a la sociedad?" (pág.162); una sociedad que, según el autor, sigue a "una nómina de personajillos de la política, de nuevos ricos, el aparatoso espectáculo de los Oscar o unos penosos festivales de la canción" (pág.156); a Wisenthal le ha faltado mencionar a los millonarios ases del deporte.

El conde Tolstoi descendía de una familia noble y era propietario de tierras en Iasnaia Poliana, a doscientos cincuenta kilómetros de Moscú, que trabajaban campesinos a su servicio. El escritor compartía la idea de Proudhon de que toda propiedad es un robo y hubiera deseado ceder las tierras a sus campesinos pero tenía una familia numerosa a la que mantener, por no hablar de los visitantes que acudían a conocer al maestro y vivían a su costa, de los mendigos que recibían comida en su casa o de las escuelas que había fundado y mantenía; todo ello supuso para él una frustración difícil de soportar que le llevó a abandonar su casa y su familia en sus últimos días.

El pensamiento del escritor está inspirado en el cristianismo aunque fue excomulgado en 1901, a causa de sus ideas, por el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Afirma Wiesenthal que fue al leer el sermón de la montaña de Nuestro Señor Jesucristo cuando Tolstoi hizo suya la doctrina de la no violencia que posteriormente desarrollaría en su libro El reino de Dios está en vosotros; señala igualmente cómo esta obra influyó en personajes como Gandhi o el Premio Nobel Romain Rolland. El pensamiento radical de Tolstoi le llevó a enemistarse no solo con la Iglesia Ortodoxa Rusa sino también con su propia familia; su esposa, Sofía Tolstaia, había nacido en Moscú y anhelaba la vida en la ciudad mientras que Tolstoi la aborrecía y prefería vivir en el campo; por su parte, sus hijos varones rechazaban la idea de ceder las tierras a los campesinos ya que eso les hubiera privado de la herencia -es de suponer que las perderían igualmente con motivo de la Revolución rusa de 1917-; solamente las hijas María y Alexandra compartían los ideales de su padre y dedicaron sus vidas a atender a los más necesitados.

En 1910, poco antes de su muerte, León escribía a su hijo Sergei, encareciendole que buscase un sentido moral para su vida: "Las ideas del darwinismo -escribe-, de la evolución y la lucha por la supervivencia no te explicarán el sentido de la vida ni te servirán de guia para tus actos, y la vida -si no entendemos su sentido y trascendencia- se convierte en una existencia miserable" (pág.206). Estaba convencido -concluye Wiesenthal- que "aprender a vivir haciendo el bien y evitando el mal es la cima de toda sabiduría", y que "el propósito ilustrado de demoler la fe, sustituyendo la religión por las artes y las ciencias constituye un engaño" (pág.253).

Hay que destacar en este libro la valentía de Wiesenthal que hace suyas las ideas de Tolstoi, hoy tan escasamente compartidas, como son la necesidad de una autoridad moral, la búsqueda de un sentido para la vida, el cristianismo como fundamento de la ética o de la adopción una vida sencilla y desprendida de los bienes materiales.

Para todo tipo de lectores.