Las cartas que se recogen en ¡Cuídate, que vales mucho! son cartas auténticas. Corresponden al intercambio epistolar mantenido entre dos amigos (Íñigo y Alfredo) durante el último año de Periodismo que Íñigo cursó en Madrid.
A pesar de la diferencia de edades que los separa, su amistad es vieja y probada y, quizás por ello, el talante de sus cartas es siempre diáfano y directo, sin artificios, coherente con la confianza plena, la sinceridad cristalina y la lealtad sin fisuras que impregnan su amistad.