Federico tiene diecisiete años y el corazón lleno de preguntas a las que la vida aún no ha dado respuesta. Las clases han terminado, el verano se abre ante él deslumbrante y misterioso, como su ciudad: Palermo.
Con la emoción del testigo y la fuerza del escritor, Alessandro D’Avenia narra un largo estío en el que todo parece inmóvil y devuelve a la vida a un hombre extraordinario, un hombre sencillo capaz de generar la única épica posible: la épica cotidiana, conquistándola paso a paso, en la frontera entre la luz y las sombras, las palabras y el silencio.