Durante el reinado de Felipe II, dos mujeres —Ana de Mendoza, princesa de Éboli, y santa Teresa de Jesús— sostienen una batalla sin cuartel y se abren paso, cada una a su manera, en un mundo que pretende aplastarlas. La primera, en busca del triunfo mundano, trata de alcanzar la supremacía entre los grandes de España; la segunda, en busca de la unión plena con Dios, planta cara al fariseísmo religioso y burla las asechanzas del poder político.