De vez en cuando, la mesa o stands, de las llamadas “novedades” de las librerías importantes de Madrid, como debe suceder seguramente, en otras ciudades de España y Europa, se convierten en agentes improvisados de la ilusión y de la curiosidad intelectual, de los paciente y ávidos lectores, no por títulos llamativos o portadas estertóreas, sino por los verdaderos y granados frutos de la paciente investigación de sus autores.