Novela sobre la vida de un joven sacerdote.
Lorenzo es hijo de un médico no creyente; juega al tenis, ha estudiado periodismo y, en su tiempo, llevó una vida de play boy. Ha llegado al sacerdocio gracias al capellán de su Facultad.
Relata su vida y labor de sacerdote en una parroquia de Madrid; su vocación, tentaciones y alegrías.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1998 | Editorial Planeta, S.A. |
188 |
84-08-02699-2 |
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José Luís Olaizola había
José Luís Olaizola había escrito "Guía de curas con encanto"; una obra excelente en la que el autor viaja por América del Sur entrevistando sacerdotes a los que interroga sobre el misterio de la vocación. En el "Diario de un cura urbano" esta pregunta adopta la forma de novela. Quiere dejar claro que la vocación no recae necesariamente sobre jóvenes perfectos, sino muchas veces sobre chicos de los que sus parientes dirán, como en el caso de Lorenzo: "No le pega nada ser sacerdote", o también: "Será otra ventolera que le ha dado, ya se le pasará".
Olaizola trata de demostrar que la vida del sacerdote puede ser una vida alegre, llena de compañerismo, sacrificada pero nada perfeccionista. Al contrario, el protagonista afirma que sus compañeros del seminario más rigoristas fueron los que primero abandonaron su camino; aquellos que veían mal que un seminarista pudiera fumar o tomarse una cerveza.
Lorenzo resume así su vida: "A un sacerdote que sea medianamente dócil a su vocación no le queda más remedio que estar haciendo cosas buenas todo el día; desde que se levanta hasta que se acuesta" (pág.171). Él ha acercado a su familia a la fe y a las buenas obras; apoya a una joven embarazada cuando el padre de la chica estaba empeñado en que abortase, y convierte a Paco, un divertido alchólico sin techo, en colaborador de la parroquia.
En el relato hay un telón de fondo de ironía y buen humor, que puede que no sea acertado en todas las ocasiones. Se ve que el autor ha disfrutado escribiéndo. Siempre decimos, yo también, que a una novela le sobran tantas o cuantas páginas; ésta al contrario, resulta demasiado esquemática y la vendría bien un mayor desarrollo. Prescindiendo de que el "Diario de un cura urbano" sea mejor o peor literariamente, considero que proporciona un retrato acertado de lo que puede ser hoy la vida de un sacerdote.