Jairo se encontró con Dios tras sufrir un tiroteo con los narcos, en Nicaragua. Ignatius, tras un encuentro de oración de Taizé en Indonesia. Álvaro prefiere dejarlo todo, incluso su sueño de jugar al fútbol en el Real Madrid, para seguir una voz interior. Carlinhos, buscando chicas y fútbol, encuentra en su parroquia de Brasil algo inesperado. Muy lejos de allí, en Tanzania, Enock vela a su padre, moribundo, que le dice cosas que logran cambiarle todos sus planes... Carlos, en el Caribe, se enfrenta a Dios: “Si eres realmente Dios, haz que mis padres vuelvan a estar juntos”.