Mikel Azurmendi había ingresado en ETA como forma de oposición al régimen de Franco. Corrían los años 60, ETA todavía no mataba y él estaba en contra del asesinato como forma de actuación política.
En 1967 se exilia en Francia donde cursa estudios de Filosofía en la Sorbona de París. Paulatinamente abandona ETA, el nacionalismo, el marxismo y comienza a escribir a favor de los derechos humanos y especialmente del respeto a la vida.
En "Ensayo y error" el autor reúne cuatro escritos autobiográficos en los que hace un despliegue de principios éticos y conocimientos literarios. A pesar de su reciente publicación, el libro ya está descatalogado.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2016 | Editorial Almuzara |
365 |
84.16392.65.0 |
Subtítulo: Las memorias de un vasco proscrito. |
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La lectura de "El abrazo" de
La lectura de "El abrazo" de Mikel Azurmendi nos remite a una obra anterior del mismo publicada en 2016: "Ensayo y error. Una autobiografía". Que Azurmendi militara en ETA en los años sesenta no nos sorprende; incluso que nunca participara en una acción criminal ya que en esos años ETA todavía no mataba. No nos sorprende que tuviera que exiliarse y que abandonase la banda; otros muchos lo hicieron. Lo que sorprende es el empeño del autor por corregir sus antiguos errores, su afán por enseñar y difundir una cultura de respeto a los derechos humanos en el País Vasco y en el mundo.
El precio que ha tenido que pagar el autor ha sido un segundo exilio fuera de la Universidad y de Euzkadi. Sentir que a su alrededor se abría el vacío; soportar amenazas e insultos. El autor no censura a los dirigentes de la banda, eso se da por supuesto, pero siente el peso de la cobardía que le rodea, que le ahoga. Su dignidad no le permite tener que ir por los pasillos de la Universidad del País Vasco con la vista baja y la abandona para siempre.
Es impresionante la figura de su progenitor, propietario de una carbonería y padre de ocho hijos, la mayoría de los cuales cursaron carreras universitarias. La vida de aquel hombre se movía alrededor del trabajo, la familia y la parroquia. Supo educar a sus hijos en una ética del trabajo. Un día dijo a Mikel: "Si dejas la ETA seguirás en esta casa y proseguirás los estudios. De lo contrario te marchas inmediatamente de casa" (pág.51). El hombre murió a los sesenta y un años desgastado por una vida de entrega. Es fácil intuir detrás del valor de Mikel la figura poderosa del padre.
En su autobiografía el autor se declara no creyente, por eso tiene más valor su adhesión a unos principios éticos basados en el aforismo romano: "Alterum non laedere" (no dañar a los demás). También tiene el valor de ir contra corriente en la defensa de la vida humana desde su concepción, y del cristianismo como sistema ético compatible con la razón y la libertad. El autor señala como fallas de la cultura actual el nacionalismo y el relativismo; defiende la solidaridad entre todos los hombres y asegura que la democracia liberal es el sistema más acorde con la dignidad de la persona. Hace una hermosa referencia a Arthur Koestler, encarcelado en España durante la Guerra Civil y condenado a muerte.
En el cuarto y último de los trabajos incluídos en este libro, Azurmendi realiza un despliegue de erudición literaria sobre autores centroeuropeos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Resulta muy interesante que no cite a pensadores católicos o cristianos, sino a judíos y librepensadores que desarrollaron un magisterio de respeto a la libertad. También afirma el valor de la cultura europea (judeo-cristiana, etc) difundida por todo el mundo. Por el contrario denuncia a los que siguen un libro único, entre los que señala al Islam.
No todo en el libro es fácil de leer. Como filósofo y sociólogo Azurmendi tiene una forma especial de razonar, sin embargo el texto tiene calidad literaria y las dificultades de comprensión se hallan ampliamente compensadas por la gallardía del testimonio.