Dokgo vive en la calle y duerme en la estación de Seúl. Tiempo atrás tenía un trabajo, una casa, una familia, pero un día lo perdió todo. Incluso la memoria. Cuando encuentra un monedero, decide entregárselo a su dueña, la señora Yeom, una profesora jubilada que gestiona una pequeña tienda abierta las veinticuatro horas. Para agradecérselo, la mujer lo invita a comer en su local y, ante la necesidad de cubrir una vacante en el turno de noche, le ofrece el trabajo. Gracias a su nuevo puesto, Dokgo, algo torpe a veces, silencioso otras, empieza a ayudar a muchas personas del barrio. El contacto con los demás hará que recupere la memoria y una nueva razón para vivir.
Una lectura emocionante, que nos llena de esperanza, sobre el poder de encontrarse a uno mismo. Un fenómeno literario en Corea que ha vendido más de un millón de ejemplares.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2024 | Duomo Ediciones |
286 |
978-8419834027 |
Traducción de Ainhoa Urquia |
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El autor de este encantador
El autor de este encantador relato es un polifacético autor coreano que ha publicado obras de diversos géneros. Esta novela, ambientada en el primer año de la pandemia, relata con rasgos benévolos una historia de comprensión, convivencia y trato humano. El libro, publicado en su idioma original 2021, se ha convertido en un éxito editorial en muchos países.
Un indigente, llamado Dokgo por sus compañeros de desdicha en la estación central de Seúl, encuentra un día un estuche con los documentos y la cartera de la señora Yeom, una profesora jubilada que posee una tienda 24h en un barrio periférico. Dokgo sufre de amnesia alcohólica, y su único objetivo es pasar el invierno sin grandes daños. En el estuche encuentra los datos de la señora Yeom y la llama por teléfono para devolverle sus pertenencias. La profesora le lleva a su tienda y le otorga el derecho a cenar todos los días en su establecimiento, a condición de que deje de beber. Poco después, Dokgo se convierte en encargado de las horas nocturnas de la tienda, y despliega una actividad asombrosa por su facilidad para hacerse cargo de los problemas de los demás. Lentamente comienza a recuperar retazos de un pasado que creía haber dejado atrás.
El tono de la narración, claramente asiático, es amable, y describe a los personajes principales con sus problemas y anhelos, subrayando siempre la importancia de relacionarse con los demás y de encontrar el lado positivo de las situaciones. A veces puede resultar un poco «ingenuo», pese a describir con realismo los problemas de los protagonistas. Una novela positiva, que ayuda a creer en el fondo de bondad que esconden incluso las personas más baqueteadas por la vida.
Novela de carácter social,
Novela de carácter social, con un toque de misterio. Ambientada en la época actual, la trama se desarrolla en los barrios de la ciudad de Seúl (Corea del Sur), en torno a una tienda veinticuatro horas. La dueña de este local es la señora Yeom, una profesora jubilada de setenta y pico años, que complementa su pensión con las ganancias de la tienda. Un día, pierde su bolso en la estación y, poco después, se lo devuelve un indigente que parece haber perdido la memoria a causa del alcohol. La señora Yeom decide premiar la honradez de este hombre, a pesar de su misterioso pasado, y le ofrece comida y un trabajo en la tienda. La presencia del indigente, llamado Dokgo, sus palabras y su forma de actuar irán cambiando las relaciones de los personajes que frecuentan la tienda.
El autor de la novela es Kim Ho-Yeon, escritor surcoreano, preocupado por la “emergencia humana”, que retrata la vida de las personas, de lo que está pasando en la sociedad: no solo en la coreana, sino en cualquier lugar del mundo. Para ello, en la novela, aunque narrada en tercera persona, utiliza la perspectiva múltiple: así, en cada capítulo, la narración está focalizada a través de uno de los personajes, de tal forma que los diferentes puntos de vista sobre los hechos proporcionan un mosaico de la realidad que se complementa. Además en la obra, se tratan temas muy interesantes como la falta de comunicación, la incomprensión, el egoísmo, la disolución de la familia, el desapego y la arrogancia. Pero Dokgo, el misterioso indigente, educado y responsable, sin pasado y quizá sin futuro, “se estaba curando a través de las interacciones con otras personas, poco a poco estaba recuperando el coraje y la fuerza para lidiar con sus heridas” (p. 163). Así pues, se trata de una novela interesante para reflexionar sobre la sociedad actual y sus exigencias como el exceso de trabajo y el afán por acumular éxito y dinero, el uso desmedido de los videojuegos, la falta de tiempo para la familia, frente a la necesidad de mantener y cuidar las relaciones personales y familiares, la empatía y la confianza en uno mismo.