La historia, sobre todo la más reciente, nos muestra como en el comienzo de las guerras hay, con frecuencia, un hombre ambicioso, ególatra, pero sobre todo loco. Las guerras llevan a la destrucción, a la muerte. Nunca la Humanidad ha presenciado tan en directo el desarrollo de una guerra como la actual de Ucrania. Hay otras guerras en otros puntos del planeta, pero por ser de menor entidad y también por tener muy poca repercusión en Occidente, no las seguimos día a día.