Uno de los sistemas más simples para no reconocer con humildad los errores que todo hombre comete, consiste sencillamente en “negar la mayor”, es decir, la validez de la “premisa mayor”, precisamente, cuando no te ha convenido el resultado final del razonamiento.
Uno de los sistemas más simples para no reconocer con humildad los errores que todo hombre comete, consiste sencillamente en “negar la mayor”, es decir, la validez de la “premisa mayor”, precisamente, cuando no te ha convenido el resultado final del razonamiento.