En la historiografía actual para poder calificar y discernir épocas de la historia se suele utilizar el sistema de buscar solo los aspectos positivos de un periodo hasta realizarlos y convertirlos en leyenda aurea o, por contrario cargar las tintas en lo negativo hasta reconducir la realidad a una especie de leyenda negra. Es decir, ambas visiones son falsas puesto que están mediatizadas por un determinado ángulo de visión y nos sirve para, posteriormente, cotejar ambas e intentar llegar a una versión más objetiva, aunque siempre estaremos alejados de la realidad completa.