Desde que, hace bastantes años, leí, en una nota a pie de página de Grandes figuras de la literatura universal y otros ensayos –excelente libro del profesor croata Luca Brajnovic, ya fallecido– que El látigo vivo, del escritor eslovaco Milo Urban (1904-1982), es una de las mejores novelas sobre la Gran Guerra, busqué el libro con ahínco, hasta que comprobé que no se había traducido al castellano. Qué gozosa e inesperada sorpresa me llevé al comprobar, hace pocas semanas, que lo acababa de editar Ciudadela con el sello de Palabra.