El Profesor de la Universidad de Barcelona, Josep María Esquirol, piensa en voz alta y sus atrevidas y agudas observaciones, son habitualmente interesantes y aprovechables y, a veces no, pero eso es lógico, hablamos de filosofía. Lo primero es definir la resistencia íntima y también sus límites y objetivos: “la resistencia intima se parece a la eléctrica en que paradójicamente, al resistir el paso de la corriente, da luz y calor a los que están cerca; una luz que ilumina el propio camino y que sirve de candil para los demás, guiando sin deslumbrar. No una luz que revela los valores supremos en el cielo de la verdad, ni el sentido oculto del mundo, sino una luz del camino, que protegiéndonos de la dura noche nos alumbra, nos hace asequibles las cosas cercanas y nos conforta” (16).