Indudablemente, cuando un buen historiador desea redactar un trabajo, antes de acometer la redacción del mismo, procura detenerse en estudiar la metodología que va a seguir, buscará la documentación pertinente en los archivos adecuados, estudiará detenidamente lo que otros han dicho sobre la materia, se ambientará en las coordenadas espacio temporales sobre la cuestión con el mayor rigor e interés pues debe saber que la crítica más importante que va a recibir no es la de la opinión pública en general, sino la del tribunal de la verdad.