Como se suele afirmar “el siglo XXI será espiritual o no será”, pues la nueva civilización que está surgiendo en el mundo occidental sucesora del liberalismo y del estado del bienestar, no sabemos cómo será en sus perfiles exactos, pero ya podemos adelantar que será globalizada, altamente tecnificada, solidaria, feminista y, sobre todo, espiritual, pues el hombre cuanto más desarrollado está, más necesita de horizontes trascendentes que le colmen y sigan atrayéndole.