En la historiografía contemporánea correspondiente a la historia de la moral económica o de la ética social, se concede cada vez más importancia a la doctrina e intuiciones que aportaron en el siglo XVI los grandes autores de la escuela de Salamanca y, en general, a las ideas vertidas sobre esos temas en los manuales de confesores, tratados sobre la restitución, obras sobre de la virtud de la justicia y en los catecismos de párrocos, por parte de los teólogos y juristas escolásticos de ese periodo. Además, no olvidemos que gracias al latín que hablaban todos los estudiosos y a la imprenta, existía una gran unidad de temas e intereses y, por tanto, había una gran propagación e intercambio de ideas por toda Europa.