Quince minutos
No me considero de ese tipo de personas que celebra que se acabe la semana, y que solo espera al fin de semana, ansioso de descanso y fiesta. Mi vida es más que eso, no se limita al ocio, disfruto de todos los días por igual, me es indiferente que sea lunes o viernes. Pero, aquel viernes 20 de octubre no me era para nada indiferente. Provocó en mí un entusiasmo de una fuerza que no sentía desde hace años.