Bogotá. Década de los noventa. La familia Santiago vive bien, ajena al terror que hay en el país. La pequeña de la familia, Chula, que tiene siete años, parece ser una entre los suyos. Pero es observadora e inteligente. Pronto verá el daño a su alrededor: secuestros, bombas, magnicidios, la guerrilla, el narcotráfico, el omnipresente Pablo Escobar,… Nada pasa desapercibido de su mirada, cuando su madre trae a Petrona, una adolescente de trece años, procedente de los barrios más castigados, para trabajar en su casa. Chula intenta congeniar con ella.