En este tratado de teología bíblica, Xabier Pikaza (Orozko 1941), parte de la Sagrada Escritura para encontrar en ambos testamentos algunos criterios teológico-morales para orientar la vida económica de los cristianos de este siglo XXI. En primer lugar, señalará que el dinero no lo inventó el pueblo judío, sino que existía desde el principio entre aquellos que se dedicaban al mercado. Asimismo, nos dirá, que el dinero se utilizaba en el templo de Jerusalén y lo acuñaba la autoridad para asegurar su poder y cobrar los impuestos (25).