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Libros y bibliotecas

Los lectores compulsivos, esos que no podemos pasar un día sin leer algo, tenemos un problema. Un problema de espacio. ¿Dónde se pueden meter todos esos libros que hemos ido comprando, más los que nos regalan aquellos amigos que, por cualquier motivo, no se lo piensan dos veces y me regalan otro, más los que les sobran a otras personas cercanas, etc. Son muchos los libros que nos gustan, y nos gustan de papel. ¿En epub? Bueno, si no queda más remedio…

Prioridades y emergencias

En nuestra sociedad moderna occidental tenemos el peligro de ir demasiado deprisa. Con frecuencia nos encontramos corriendo, azacanados con muchas cosas que hacer. A veces en el agobiante trabajo, que no respeta las ocho horas que se suponen, otras veces corriendo al supermercado o a una reunión con unos amigos. Con prisas. Sin pararnos a pensar.

Novios y esposos

Es curioso hasta qué punto las terminologías de moda pueden llegar a modificar las relaciones entre las personas y hasta qué punto pueden llegar a confundir, a confundirnos. Antes sabíamos que una chica y un chico eran novios. El hecho de serlo incluía ya cierta formalidad, una cierta permanencia en la relación, de manera que podría surgir cierta rectificación si te decían “no, solo somos amigos”, y entendíamos que iban en camino de, pero sin seguridad. Mientras que si iba ya más en serio se hablaba incluso de “prometidos”.

Mal educado

Ha sido siempre un insulto. No es fácil que se lo diga un amigo a otro, ni un colega de trabajo a otro. Se lo dicen los padres a los hijos en alguna ocasión, sin darse cuenta de que la culpa es suya. Quizá lo comenta una madre con otra, hablando del hijo de una tercera. “Es un maleducado”.

Oficios de Semana Santa

El día de San José, por la mañana pronto, un hombre mayor iba delante de mí por la acera y al adelantarle oí que estaba hablando por el móvil: “Sí, ahora voy a misa, ya sabes que hoy es día de misa. A ver si te vienes tú también…”. No cogí más, pero me resultó conmovedor, una imagen de buen cristiano que sabe valorar las fiestas y vivirlas como la Iglesia nos enseña, y además animando a otros.

Paternidad

“Hasta luego, padre”, me acaba de decir un vecino que ha venido a mi casa. Es venezolano. Al portero de la finca alguna vez le dije mi nombre, pero siempre me dice “Buenos días, padre”, “que tenga buen día, padre”; es cubano. En el ejército español es fijo e indiscutible el “pater” de cualquier soldado u oficial que se cruza con el capellán del cuartel. Incluso a mí, que bordeo el Ministerio de Defensa casi todos los días, porque vivo al lado, alguna vez me han saludado, con gran respeto, con el “pater” incuestionable.

Deseo de trascendencia

La autora de “Feria” nos cuenta que su padre es ateo, su madre agnóstica, por no decir simplemente “no practicante”. Pero su abuela María Solo es católica practicante. Y ella, la autora y protagonista, con el tiempo, ve más atrayente lo de la abuela y decide hacer la Primera Comunión, con el monumental enfado de su padre, que no es precisamente un hombre dejado, ignorante, sino que es más bien un ateo practicante. Ateo monoteísta, dice Ana Iris constantemente, lo que ha oído decir a su propio padre.

Amor y desamor

Está de moda “Feria” de Ana Iris Simón, así que lo he leído. A veces es inútil quedarte al margen, cuando te llega por aquí o por allá ¿no has leído “Feria”? Solo puedo decir que me alegro de haberlo leído y no queda más remedio que decir que es único, como la Mancha. Ana Iris es de Campo de Criptana, pero de punta a cabo, sin disimulo ninguno.

Historia de casi todos los libros

He leído la primera parte de “El infinito en un junco”, o sea, algo más de la mitad del libro, que tiene 450 páginas. Me han dicho que es la mejor. Ya veré si leo la segunda. Es uno de esos libros que lees porque lo ha leído mucha gente y le han dado el premio al libro más leído el año pasado en España, etc.

¿Hablar de Dios?

“¿Cómo hablar de Dios hoy?” Podría ser el título de una charla o conferencia, pero es un libro, de hace ya unos pocos años, de un personaje ya bien conocido por sus muchas obras, Fabrice Hadjadj. Rompedor y sugerente en muchas de sus obras, en esta, desde el principio, se advierte una línea más seguida, más clásica. El motivo, seguramente es que procede de una conferencia pronunciada en 2011 en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos.

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