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Familia amable y numerosa

El libro “El señor Marbury”, de Alfonso Paredes, no sé si se podría llamar novela, porque no tiene trama de tal, y tampoco vamos a tildarlo de biografía, aunque a eso huele más. Nos quedaremos con narrativa, pero se puede decir, antes que nada, que es un libro único. Sí, porque hoy en día no se ven muchas familias numerosas por la vida, y ninguna en novelas o en películas. Es como si fuera algo malo o rechazable. Por eso me ha gustado más, porque es un libro distinto, que no sorprende excesivamente a quienes conocemos familias numerosas.

Falsos ídolos

Me produjo auténtica vergüenza y una pena grande, ver hasta que límites llega la estupidez de ciertos noticiarios. Me refiero a la noticia sobre la muerte de Maradona. Cuando empezó la sección de deportes del telediario de las 9 del día 25 de noviembre, el título que se veía en la pantalla con grandes letras llenándolo todo era “DIOS”.

Refugiados

Airedín es el mendigo de la esquina, un muchacho rumano de trentaitantos. Le saludo y de vez en cuando le doy una limosna. También hemos hablado de algunas cosas del por qué está ahí y cosas parecidas. Poco, porque no maneja muy bien el idioma. Creo que lo que más le gusta es que me sepa su nombre y que le salude nominalmente. ¿Por qué está ahí y no busca trabajo? No lo sé ni le he preguntado. Me huele un poco a mafia porque tiene un lugar asignado que no abandona. Pero con organización o sin ella, es una persona.

Niños y Mascotas

Desde hace una temporada me da alegría ver en mi barrio que hay más niños pequeños que mascotas por las calles. Llegó a preocuparme la cantidad de perros paseando a sus dueños que veía por los alrededores, pero se va rejuveneciendo esta parte de Madrid, y se ven bebés y niños pequeñitos de la mano de sus progenitores, lo cual es una alegría, sin duda.

Nuestra buena amiga la muerte

Una expresión así parece adecuada en el mes que vivimos, ¡pero ya está! Más de uno puede ponerse un poco nervioso ante semejante afirmación, y me he encontrado artículos que, expresamente, se oponen a que alguien diga semejante cosa. Entendemos que algunos hayan sufrido con la muerte de un ser querido. Pero no pocos tienen mucho miedo a ponerse en semejante circunstancia. Y los tiempos que corren, con bastantes más muertos de lo que es normal -no sabemos si las cifras oficiales o las otras- nos hacen verla más de cerca.

Libertad sin límites

Dicho así, esta frase suena a libertinaje, a barbarie juvenil, a desmadre. Y esto porque pocas personas entienden lo que significa de verdad ser libre. Es sorprendente la cantidad de gente que no entiende lo que significa la libertad.

Inmigrantes

Solo la propuesta de este tema supone para algunos una provocación. Con seguridad hay quien se siente rechazado simplemente ante el título. No cabe duda de que estamos ante un tema muy complejo, incómodo, del que es difícil hablar con objetividad. Con un planteamiento estrictamente cristiano somos conscientes de que no podemos mirar a otro lado. Desde un punto de vista práctico surgen infinidad de problemas y dificultades.

Aprender a morir

Es fácil escribir sobre el sentido de la vida y el sentido de la muerte. Pero el que escribe no ha muerto. A veces hay quien puede decir algo más preciso porque ha estado cerca. Pero en el libro de Pablo D’Ors titulado “Sendino se muere” no está la vivencia del autor sobre esa circunstancia. Ni siquiera consta que él quiera transmitir una enseñanza sobre el tema. Lo que nos traslada, y se lo agradecemos vivamente, es la vivencia de los últimos días de vida de una mujer santa, África Sendino.

Amor de juventud

Esto, lamentablemente, se ve poco. Los jóvenes no tienen interés por el amor. Por eso me parece que hasta la absurda frase de “hemos hecho el amor” se utiliza menos, porque hablar de amor es una cursilada que no se lleva. “No le conozco de nada… solo nos hemos acostado”. Cuando lo que está presente entre los jóvenes hasta al menos los 30 años es un juego con el cuerpo, quiere decir que la educación recibida ha sido poco acertada, o que llevan mucho tiempo inmersos en el egoísmo de la adolescencia.

Prohibido ser un católico consecuente

La campaña promovida en EE. UU. contra la jueza Barret es algo inaudito, no comparable con ninguna situación parecida. Ahora resulta que ser católico de verdad, con todas las consecuencias, es peligroso. Y se entiende. Las actitudes abiertamente cristianas de un personaje público son molestas para el resto del personal. En el país americano hay muchísimos católicos. En los puestos públicos de más relevancia pocos, han pasado desapercibidos. Pero ahora cuando se encuentran con un ejemplo abierto y notorio de lo que es ser católico ya no les parece admisible. En el fondo es sentir que les están afeando su pobreza de vida religiosa.

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