Blog de acabrero

Pueblos abandonados, pueblos muertos

Están de moda los pueblos abandonados. Es un concepto con significado propio, cargado de sentimentalismo y que ha sufrido una publicidad mayor en la medida en que recientemente se ha hecho un plan público para intentar revivir alguno de ellos. Hay siempre gentes con fortunas de cierta entidad que estarían dispuestos a comprar un pueblo, siempre y cuando pueda tener una utilidad, a veces de lugar residencial para quien huye de las ciudades, a veces de solitarios que buscan el campo lejano, otras veces cuando se calcula que puede tener un rendimiento en la hostelería.

Coherencia ecologista

Un ginecólogo conocido decía hace unos días que se sentía tremendamente ecologista y, por lo tanto, totalmente defensor de la naturaleza humana. Puestos a defender la naturaleza parece evidente que la más importante es esta, la de los hombre y mujeres. Y lo decía con pena al recordar un hecho verdaderamente antiecológico, hasta límites insospechados: contaba que todos los médicos hoy día, ante una mujer embarazada, hacen un análisis del feto a las 12 semanas y si ven alguna anormalidad, muchos de ellos las animan a abortar. Por ejemplo, se puede saber ya si el niño viene con síndrome de Down.

Una catedral y un amigo

He leído con mucho gusto y recomiendo una novela titulada, con acierto, “Los pilares del cielo”, pues los protagonistas son una catedral y un hombre que la construye, por su cuenta, con sus medios, porque quiere hacer algo para Dios. Y el otro protagonista es un muchacho como otros muchos, hijo único de madre abandonada por el marido, que tiene que trasladarse a un pueblo de Madrid donde ha conseguido un trabajo de limpiadora. Un muchacho difícil, que ha crecido sin progenitor, rebotado, escéptico. Como tantos.

Adorar a Dios

En los tiempos que corren se habla de crisis dentro de la Iglesia. El Cardenal Robert Sarah, en su último libro publicado con gran éxito en nuestro país, examina con bastantes detalles y gran clarividencia cuáles son esos síntomas malignos que aparecen en la Iglesia, sin olvidar lo que es incluso más preocupante, la crisis social en Occidente, que se arrastra hacia una idolatría y un materialismo verdaderamente preocupantes.

Una odisea de amor y guerra

Olga Brajnovic, la autora de este libro, es la tercera hija de Luka y Ana Brajnovic. Dispone del tesoro de los diarios que escribieron sus padres en los tremendos años de separación vividos primero por la guerra y luego por la tiranía comunista de Tito en Croacia, que entonces era parte de Yugoeslavia. Después de unos meses de cautiverio en el comienzo de la guerra, donde está a punto de morir, Luka consigue volver a Zagreb y, en condiciones extremas de inseguridad, decide casarse con Ana, que le está esperando. Tienen una hija, pero, cuando apenas tiene cuatro meses, Luka tiene que huir porque saben que el régimen comunista, que se instala en su patria, persigue a los intelectuales católicos. Y lo que podía haber sido una separación de unos meses se convierte en una pesadilla de casi doce años.

Acedia, la tristeza de Occidente

Me ha ocurrido varias veces oír, a quienes han estado en África, que les ha costado volver a España, porque allí la gente, que con frecuencia vive bastante pobremente, es muy alegre. El ambiente que han respirado allí tiene tirón, y muchos de los que han vivido allí unos años, por motivos varios, no quieren saber nada de volver a Europa. Allí hay mucha gente alegre, aquí hay mucha gente triste.

El luto y la meta

Sé de algunos lectores que consideran que Delibes es un escritor triste. Yo creo que es retratista de una sociedad, la suya, sobre todo en la mitad del siglo pasado, que se manifiesta un tanto gris a nuestros ojos. Castilla de los años 60, 70, 80. Pero hay obras de este autor que manifiestan un fino sentido del humor. Una de ellas, quizá de las más célebres, es “Cinco horas con Mario”. Quien la conoce de oídas, pero no la ha leído, pensará que lo que una viuda diga o piense sobre su marido muerto, de cuerpo presente, no puede ser muy entretenido.

Dominad la tierra

¡Qué nerviosos se ponen algunos con la sequía! Y no es para menos. Seguramente es de los fenómenos que más nos sobrecogen: dependemos de la naturaleza para nuestra vida normal.  Sin agua no podemos hacer nada. Y llevamos unos años en que parece como si alguien quisiera ponernos en el borde de la máxima preocupación.

La política y el clero

Es reciente una novela de autor italiano situada en el norte de Italia, el Tirol, que al principio de la historia era Austria y al final, después de la guerra es Italia. Se plantea la problemática, con tintes históricos, de la construcción de una gran presa en uno de los valles de aquella hermosa montaña. Para los lugareños, que viven del ganado y las tierras labradas, el pantano es un desastre. A parte de que, según se va avanzando, se advierte la probabilidad de que la aldea quede sumergida.

Vivir con sentido

“Un caballero en Moscú” de Amor Towles, es un descubrimiento gratificante. Tengo la impresión de que no es fácil encontrar buenas novelas, en los tiempos actuales, aunque, como es lógico, siempre dependerá de qué busca cada uno. En este caso podemos hablar de una historia simpática, con detalles de humor, con los rasgos históricos de una época convulsa, la revolución marxista en Rusia en los principios del siglo pasado. Tiene críticas a la revolución, pero también a la situación social en Rusia de los tiempos previos.

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