Muchas veces se ha discutido sobre la riqueza, la pobreza y la felicidad. ¿Hace felices a las personas la riqueza? ¿Se puede ser feliz siendo pobre? Sería imprudente, sin duda, emitir un juicio absoluto, sin matices. Las variedades, excepciones y reglas serían casi infinitas. Pero eso no quita para que podamos dar una opinión, un poco por encima, susceptible, sin duda, de crítica o matizaciones.