En mis manos han caído, en tiempo casi coincidente, tres libros de “apariciones”. Ha sido totalmente casual, no creo que haya ninguna causa oculta que lo haya provocado. “La puerta del cielo”, de Reyes Calderón, me interesó cuando lo vi en la librería, por el tema, que se adivina en cuanto se ojea mínimamente, a pesar de la portada, que es poco atrayente. Me pareció atrevido el asunto, por complicado, sobre todo cuando no se pretende un planteamiento morboso. Las posesiones diabólicas, en otros autores, pueden dar lugar a situaciones rocambolescas y desagradables. También en este libro hay situaciones desagradables, como para quitarle el sueño a más de uno. Pero esta autora, de quien no había leído todavía nada, me pareció que podría tratarlo de manera adecuada.