El santo Padre Francisco nos ofrece en su última Encíclica, una visión integral del problema de la ecología y del cuidado del medio ambiente desde una perspectiva profunda e inusitada. Junto con un análisis serio y cuidado de los problemas medioambientales que aquejan al planeta, el Papa busca las raíces de la cuestión y aporta soluciones de gran calado, que desean orientar el trabajo de toda la humanidad. "Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, porque Dios creó el mundo para todos. Por consiguiente, todo planteo ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social" (n.93).